“Levántate y anda” (Mt 9, 6)
Después de ser rechazado en el territorio de Gerasa, Jesús cruza nuevamente el lago Galilea y regresa a su casa en Cafarnaún. Allí, es sorprendido por la fe de un grupo de personas que le presentan a un paralítico en una camilla para que lo cure. Jesús al verlos le dice al paralítico: “¡Animo, hijo!, tus pecados están perdonados”. Pero los escribas que se encontraban allí, empezaron a llamarlo blasfemo. Jesús los reprocha y reafirma el poder que tiene el Hijo del hombre, para perdonar los pecados, invitando al paralítico a levantarse y marcharse para su casa: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”. La gente al presenciar la curación del paralitico se llena de admiración y empieza alabar a Dios por la acción de Jesús. Al igual que al paralítico, Jesús nos invita hoy a acoger los signos de nuestras enfermedades, dolores o sufrimientos con esperanza y caminar con ellos. Pidámosle que nos ayude a vencer los temores o los desánimos que nos impiden levantarnos y abrazar con mayor fe el momento actual que vivimos.
Reflexionemos:
¿Cómo acogemos la acción liberadora de Dios en nuestra vida?, ¿qué enseñanza nos deja la actitud de los gerasenos?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a abrazar con mayor fe, fortaleza y esperanza las realidades de sufrimiento, dolor y enfermedad que vivimos. A descubrir en ellas, un medio para superarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos. Amén.
Recordemos:
Dios nos capacita para aprender a caminar con nuestras dolencias o enfermedades.
Actuemos:
Pongamos en manos del Señor este día nuestras enfermedades y sufrimientos. Pidámosle que nos enseñe a caminar con ellos con fe y esperanza.
Profundicemos:
La enfermedad llega de manera repentina a nuestra vida y cambia el ritmo de nuestras ocupaciones diarias. Aprender a vivirla de la mano de Dios, nos ayudará a descubrir en el sufrimiento un signo de esperanza (Libro: Encontrarle sentido al dolor y al sufrimiento).
