1 de Marzo

 “Recibirán en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna

(Marcos 10, 28-31)

Permitamos que la Palabra del Señor toque nuestra vida.

Iniciamos el mes de Marzo con el corazón abierto y dispuesto a seguir con alegría los pasos de Jesús, porque la experiencia amarga del joven que rechazó su tierno llamado a seguirlo, nos mueve a abrir de par en par todo nuestro ser a su amor..
Ha sido tan hondo el dolor de Jesús, que lo comparte con sus discípulos: y ellos al escucharlo, se alegran de haber dejado sus lazos familiares más íntimos y todo lo que tenían para estar con Él. Pedro contento por lo que han hecho le dice: “Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Y Jesús más feliz que ellos les dice: quien deja todo por estar conmigo tendrá vida en abundancia en esta tierra y una vida feliz en la eternidad. Y añadió un detalle que quizás los dejó inquietos: a todo lo anterior seguirán persecuciones; pero esta será la garantía de su alegría y de la gloria final que les espera.
Ellos al instante tal vez no entendieron, pero cuando anunciará su pasión y muerte, les será muy difícil aceptarlo. Todos tenemos mucho miedo al sufrimiento, pero Jesús con sus actitudes nos enseñará a vivirlo como don de amor.

Reflexionemos:

¿Estoy dispuesto a seguir a Jesús venga lo que venga?¿Cómo reacciono en el momento de la prueba? Amen!

Oremos:

Gracias Jesús porque no desistes, ni te cansas de llamarnos a pesar de nuestra flojera e inconstancia. Danos el gozo de experimentar tu predilección y de asumir con amor las dificultades que encontramos en tu seguimiento. Amen.

Recordemos:

“Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más: casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en la edad futura, vida eterna.

Actuemos:

Vivo las dificultades y pruebas de la vida cotidiana como la oportunidad de expresar al Señor mi gratitud por la predilección que tiene conmigo al ofrecerme gratuitamente su amor y su gracia?

Profundicemos:

Hemos de hacernos preguntas muy concretas si queremos seguir a Jesús en estos momentos. Lo primero es revisar nuestra relación con el dinero: ¿qué hacer con nuestro dinero? ¿Para qué ahorrar? ¿En qué invertir? ¿Con quiénes compartir lo que no necesitamos? Luego revisar nuestro consumo para hacerlo más responsable y menos compulsivo y superfluo: ¿qué compramos? ¿Dónde compramos? ¿Para qué compramos? ¿A quiénes podemos ayudar a comprar lo que necesitan? A. Pagola.

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