“Les reprochó su falta de fe” (Mc 16, 14)
La resurrección de Jesús fue un acontecimiento trascendental que marcó para siempre la vida de fe de sus seguidores más cercanos. Acontecimiento que no fue fácil de comprender y llevó a muchos de ellos a la incredulidad, tal como lo muestra el evangelio de este día. El resucitado se presenta en primer lugar a María Magdalena y luego a dos discípulos, quienes llenos de alegría corren a anunciarlo a sus demás compañeros. Sin embargo, ellos no les creen. Jesús al presentarse en medio de ellos, les reprocha su falta de fe y su obstinación, al no confiar en el testimonio de sus hermanos. Tal vez como los discípulos, nosotros también nos cerramos a la experiencia de fe que las demás personas nos comunican de Dios. Nos aferramos a tradiciones o prácticas religiosas que nos impiden descubrir la novedad que Jesús nos comunica en su Palabra, o a través de las personas que pone en nuestro camino para conducirnos a su encuentro. Pidamos al Señor, en este día que aumente nuestra fe y nos ayude a descubrir la importancia de alimentarla, vivirla y compartirla en comunidad.
Reflexionemos:
¿Vivimos y celebramos nuestra fe en comunidad?, ¿qué personas nos llevan al encuentro de Jesús?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a reconocer tu presencia en las personas que pones a nuestro lado para alimentar, compartir y celebrar nuestra fe. A descubrir que tú vives en medio de nosotros y nos llamas a ser signos de comunión y fraternidad. Amén.
Recordemos:
Cristo Resucitado vive en medio de la comunidad que se reúne para celebrar y compartir su fe.
Actuemos:
Oremos en este día por los miembros de nuestra comunidad parroquial o grupo apostólico.
Profundicemos:
La Resurrección de Jesús es un acontecimiento que nos une como Iglesia y que nos lleva a reconocer los signos de fraternidad y comunión que nos ofrece el resucitado (Libro: Vía Lucis. Meditaciones sobre la resurrección de Jesús).
