15 de Diciembre

Los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron (Mt 21, 31)

 

El evangelio de este día, a través de la historia del padre que invita a sus dos hijos a trabajar en la viña, nos enseña la necesidad que siempre tenemos en nuestra vida del perdón de Dios. El primer hijo, pese a negarse en un comienzo el llamado de su padre, recapacita y va; pero el segundo que desde el inicio promete a ir a la viña nunca asiste. Dentro del relato la actitud del primer hijo representa a todos aquellos que pese a tener fama de pecadores como los publicanos y las prostitutas, gracias a la escucha atenta de la predicación de Juan, sienten dolor por sus faltas, toman conciencia de la necesidad de acercarse a Dios y cambiar de vida. Mientras que en el segundo hijo, se ve plasmada la actitud de los sumos sacerdotes y los ancianos, que pese a ostentar su fidelidad a Dios, no logran reconocer que sus acciones son incoherentes con sus enseñanzas y por tanto requieren ser cambiadas. Pidamos al Señor en este día, que nos ayude a ser conscientes de la necesidad que tenemos de arrepentirnos de aquellas actitudes que nos separan de él. Así mismo, a reconocer que siempre tenemos abierta la posibilidad de buscarlo, enmendar nuestras faltas y alcanzar la gracia de su perdón.

 

Reflexionemos:

¿Sentimos el dolor de nuestros pecados?, ¿cómo buscamos la experiencia del perdón de Dios?

 

Oremos:

Danos, Señor, la capacidad de tomar conciencia de aquellas actitudes que nos separan de ti. Así mismo, de experimentar en nuestra vida el dolor de nuestros pecados y la gran necesidad que tenemos de tu amor y tu perdón. Amén.

 

Recordemos:

Dios nos deja siempre abierto el camino para volver a él.

 

Actuemos:

Aprovechemos esta jornada para emprender nuestro camino de conversión.

 

Profundicemos:

Reconocer nuestras faltas y fragilidades personales nos lleva a experimentar la gran necesidad que tenemos de ser revestidos por el amor misericordioso de Dios. Aprovechemos este tiempo de Adviento para volver a Dios y renovar los lazos que nos unen a él (Libro: Misericordia y perdón).

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