16 de febrero

 

¿Y no acaban de entender?(Mc 8, 21)

 

Después de la discusión que Jesús tuvo con los fariseos se embarcó de nuevo con sus discípulos a la otra orilla del lago. En el camino, empieza a advertir a los discípulos de la necesidad de cuidarse de la falta de fe de los fariseos, pero ellos preocupados porque habían olvidado llevar pan para el camino, pasan por desapercibidas sus palabras. Jesús se da cuenta de ello y los confronta abiertamente por no comprender todavía el signo de la multiplicación obrado entre la multitud: ¿Por qué comentan que no tienen pan? ¿No acaban de entender? ¿Tan torpes son? ¿Para qué les sirven los ojos si no ven, y los oídos si no oyen? Jesús confronta la fe de sus seguidores más cercanos, porque pese a estar con él y participar activamente de sus milagros, no son capaces de trascender su preocupación por el pan material y reconocer que este nunca les faltará gracias a la providencia de Dios. Tal vez, nosotros como los discípulos nos dejamos llevar por las preocupaciones cotidianas, centrándonos más en aquello que por nuestros propios esfuerzos logramos obtener, olvidando que cuando trabajamos para Dios y buscamos su Reino, él nos ofrece el resto por añadidura.

 

Reflexionemos:

¿Nos dejamos llevar por las preocupaciones y necesidades cotidianas?, ¿cómo podemos confiar más en la providencia de Dios?

 

Oremos:

Sal a nuestro encuentro, Señor, cuando las preocupaciones materiales nos embargan y nos llevan a perder la fe. Ayúdanos a creer que tú provees todo lo necesario cuando nos entregamos a ti de manera incondicional y trabajamos por el Reino. Amén.

 

Recordemos:

Dios siempre provee lo necesario para llevar adelante las tareas que nos ha confiado.

 

Actuemos:

Entreguémosle con fe, al Señor en este día, las necesidades materiales o espirituales que tenemos. Pidámosle la gracia de poder superarlas confiando en su providencia.

 

Profundicemos:

Los santos fueron personas que confiaron plenamente en Dios y entregaron su vida  a causa del Reino. San José Con su testimonio de vida, nos enseña la manera concreta de aprender a confiar en el  amor providente del Padre (Libro:Patris Corde).

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