17 de Enero

«El novio está con ellos».

(Marcos 2, 18-22)

Hemos escuchado  cómo algunos fariseos reprochan a Jesús porque mientras los discípulos de Juan  ayunan, los suyos no ayunan. Y Jesús  les responde: “¿Cómo pueden ayunar los invitados a la boda mientras están con el esposo?”

Con esta respuesta Jesús está afirmando algo muy grande, que no es tan fácil comprender Estar con Jesús es estar con Dios, porque es en El que Dios se reconcilia y se desposa con la humanidad. Esta relación esponsal  es una hermosa realidad en la vida de los bautizados.  Dios habita en nuestro corazón, permanece  entre nosotros en la Eucaristía y camina con nosotros  en los hermanos que coloca  a nuestro lado. ¡Que más podemos desear!

Pero, como Jesús conoce nuestra fragilidad para que no nos alejemos de Él nos propone aprender a renunciar a nuestras tendencias egoístas para que la vid adivina que nos dio en le Bautismo,  pueda crecer y resplandecer en nuestra vida.

 

Reflexionemos:

¿He aprendido a renunciar a mi egoísmo para mantener el corazón abierto a Dios y a los hermanos?  Jesús ama Tu en mi!

 

Oremos:

Gracias Señor porque a través de la Eucaristía, la lucha espiritual, la oración, la superación constante de neutro egoísmo y el amor fraterno, vives y te manifiestas en nosotros. Amen.

 

Recordemos:

Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos”.

 

Actuemos:

Recodaré varias veces al día que Jesús habita en mi corazón y le pido la gracia de  responder a su amor teniendo abierto y dispuesto  el corazón a socorrer las  necesidades de los otros.

 

Profundicemos:

«Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal» «El amor, para que sea auténtico, debe costarnos» santa Teresa de Calcuta

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