“Y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te lo premiará” (Mt 6,6)
Hoy Miércoles de Ceniza damos inicio al tiempo de Cuaresma. Tiempo especial que nos invita a unir nuestra vida más a Dios por medio de la oración, el ayuno, la limosna y el llamado a la conversión. Prácticas que formaban parte de la espiritualidad judía y a las que Jesús da un nuevo sentido con su predicación. De allí, que el evangelista Mateo nos lleve al corazón del sermón de la montaña, en el que Jesús presenta una nueva manera de vivir las obras de justicia, no tanto desde una práctica externa sino desde una transformación interior del corazón. Así la limosna, la oración y el ayuno que propone el evangelio están llamados a realizarse desde la sencillez, la discreción y la comunión interior con Dios. Pidamos al Señor, que al iniciar este tiempo cuaresma nosotros podamos como nos dice el profeta Joel en la primera lectura: “rasgar el corazón”, “volver al Señor” porque “Él es clemente y compasivo, paciente y rico en misericordia”. Por eso, en este primer día de Cuaresma estamos invitamos a vivir la actitud de la escucha, para acoger los llamados de conversión y cambio que el Señor pone en nuestro camino de fe.
Actitud: Escucha.
Reflexionemos:
¿Qué llamados nos hace el Señor para vivir este tiempo de Cuaresma?, ¿cómo podemos fortalecer nuestra capacidad de escucha tanto en la oración como en nuestra vida cotidiana?
Oremos:
Al iniciar este tiempo de Cuaresma, Señor, queremos abrir nuestro corazón a la escucha de tu Palabra y de nuestra vida, para reconocer aquellas actitudes personales que nos llamas a transformar, unir nuestra vida más a ti y ser más solidarios con quienes viven a nuestro alrededor. Amén.
Recordemos:
La Cuaresma es un tiempo de escucha, diálogo, reflexión y encuentro a solas con Dios en las necesidades de nuestros hermanos.
Actuemos:
Reservemos en esta jornada un espacio de oración para encontrarnos a solas con Dios, escuchar su Palabra y los llamados que nos hace para vivir este tiempo de Cuaresma.
Profundicemos:
La cuaresma es ante todo un tiempo de cambio y preparación que nos llama a unir nuestra vida más a Dios. Conocer cuál es el sentido de cada uno de sus signos litúrgicos, celebraciones y oraciones, nos ayudará a prepararnos de manera más consciente y vivencial (Libro: Preparación para el tiempo de Cuaresma con orientaciones del Papa Francisco).
