19 de Diciembre

No beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo ya desde el vientre de su madre (Lc 1, 15)

 

El evangelio de hoy nos permite entrar en contacto con el nacimiento de uno de los personajes principales de este tiempo de Adviento: Juan el Bautista. Él era hijo de Isabel, una mujer justa, que por su edad avanzada no podía tener hijos y de Zacarías, sacerdote del grupo de Abdías. Cierto día en el que Zacarías estaba prestando su servicio como sacerdote en el Templo y ofreciendo el incienso al Señor, al igual que María, recibe la visita del ángel Gabriel. Este le anuncia que tendrá un hijo al que pondrá por nombre Juan, a quien le será confiada la gran tarea de conducir a muchos israelitas a Dios. A diferencia de María, Zacarías duda y siente temor, por lo que pierde su voz hasta no ver realizado aquello que Dios a través del ángel le promete. Quizás, al igual que Zacarías, nosotros también dudamos de Dios, no creemos en aquello que él nos comunica a través de su Palabra o de las diferentes mediaciones que pone en nuestro camino para mostrarnos su amor y cercanía. Por eso, pidamos al Señor, que en este tiempo de Adviento nos ayude a renovar nuestra fe y a reconocer su presencia en los diferentes acontecimientos que vivimos.

 

Reflexionemos:

¿Creemos en las promesas de Dios?, ¿A través de que personas, situaciones o realidades descubrimos la presencia de Dios en nuestra vida?

 

Oremos:

Danos, Señor, la capacidad de aprender a confiar en ti y reconocer tu presencia en las diferentes circunstancias que vivimos. Que en este tiempo de Adviento abramos nuestro corazón a tus llamados para reconocer la misión a la que nos has llamado. Amén.

 

Recordemos:

Así como Juan, Dios tiene para cada uno de nosotros una misión especial.

 

Actuemos:

Aprovechemos esta jornada para preguntarnos cuál ha sido la misión que Dios nos ha confiado y cómo la hemos llevado adelante. .

 

Profundicemos:

El Adviento es un tiempo de escucha y de encuentro con Dios a través de la Palabra y cada uno de los signos litúrgicos propios de esta época. Profundizar más en su significado nos ayudará a descubrir los llamados personales que Dios tiene para cada uno de nosotros (Libro: Preparación para el tiempo de Adviento).

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