20 de marzo

 

Nadie ha hablado jamás como habla ese hombre (Jn 7,  46)

 

La comunicación es una necesidad vital que tenemos como seres humanos. En ella recae nuestra capacidad de relacionarnos, dar a conocer aquello que somos, pensamos, creemos y necesitamos de los demás. Jesús con su predicación fue capaz de llegar al corazón de muchas personas, pero también, de herir las susceptibilidades de aquellos que se oponían a su mensaje, como las autoridades religiosas de Jerusalén, tal como se percibe en el evangelio de hoy. Las autoridades ponen en duda que Jesús, siendo de Galilea, sea el enviado de Dios, ya que esta tierra, desde siempre había sido marginada por la presencia de gentiles en ella y por no vivir tan fielmente la Ley. Sin embargo, Dios se vale de este lugar, para llamar a su hijo y mostrar como él, a través de sus Palabras y acciones, es capaz de revelar su verdadero rostro y comunicar el gran amor que siente por la humanidad: “Nadie ha hablado jamás como habla ese hombre”.  Pidamos al Señor, en este día que abra nuestro corazón a sus enseñanzas para que como él, también nosotros podamos comunicar a quienes están a nuestro lado, la Buena Nueva del Reino de Dios.

 

Actitud: Comunicar.

 

Reflexionemos:

¿Qué comunicamos a través de nuestras palabras y acciones?, ¿cómo podemos llevar las enseñanzas de Jesús al corazón de quienes están a nuestro lado?

 

Oremos:

Danos, Señor, la capacidad de aprender a comunicar tu amor a todos aquellos que están a nuestro lado. A iluminar desde tu Palabra, las diferentes realidades que viven. A llevar a sus corazones, tu ternura, tu bondad y tu cercanía. Amén.

 

Recordemos:

La Palabra de Dios es luz y guía para nuestro diario caminar.

 

Actuemos:

Compartamos en este día con nuestros amigos o seres queridos, la experiencia de la Palabra con la que sentimos que Dios nos habla e ilumina los momentos difíciles que vivimos.

 

Profundicemos:

Las enseñanzas de Jesús tienen el poder de transformar el rumbo de nuestra existencia. Descubrir cada día su novedad, nos ayudará a asumir nuestra vida con mayor valor y confianza (Libro: Llevar a Jesús en mi automovil).

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