24 de mayo

“Si no me voy el Paráclito no vendrá a ustedes”

(Juan 16, 5-11)

 

 Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Celebramos hoy con alegría la fiesta de María Auxiliadora. El primero en llamar a la Virgen María con el título de «Auxiliadora» fue San Juan Crisóstomo, ya en al año 345, cuando dijo: «Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios». Desde entonces, la Virgen María invocada con esta advocación, ha liberado a la comunidad cristiana de tensiones y  batallas que amenazaban la fe.  

Que María Auxiliadora nos proteja de los peligros que amenazan la autenticidad de nuestra fe. Y nos obtenga el Espíritu  Santo; porque como Jesús nos dice hoy, es el Espíritu Santo quien llevará a cumplimiento pleno en nosotros la transformación iniciada en el mundo por Jesús con su manera de vivir. Es por ello que cuando Jesús ve a los discípulos agobiados de tristeza porque El les ha dicho que regresa al Padre, los consuela diciéndoles que El se va para enviarnos el Espíritu Santo que nos ayudará a comprender y vivir todo lo que El con su vida y su palabra nos ha comunicado.  

 

Preguntémonos: Mi fe ¿está centrada en Jesús? ¿Doy importancia a la acción del Espíritu Santo que delicadamente me lleva a alimentar los sentimientos y actitudes de Jesús, para que Él siga amando y donando vida a través de mi? Espíritu Santo ilumínanos y santifícanos!

 

Oremos: Amado Jesús, gracias de todo corazón porque eres todo para nosotros: Camino, Verdad y Vida, y para que pudiéramos conocerte, amarte y seguirte nos enviaste al Espíritu Santo. Gracias Jesús por tu inmenso amor!

 

Recordemos: Pero yo les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; en cambio, si me voy, se lo enviaré.  

 

Actuemos: Trataré de escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo para serle fiel en el seguimiento de Jesús, en compañía de maría su Santísima Madre. 

 

Profundicemos: «Santa María protege a los que están en la necesidad, anima a quien ha perdido la esperanza, fortifica las debilidades, ruega por el pueblo, asiste a los sacerdotes, intercede por las mujeres consagradas, que oigan tu materna ternura todos los que suplican tu ayuda». San Juan Bosco

 

Vive la Palabra diaria con nuestro Misal popular

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

¿Requiere asesoria? Activar chat

×