26 de mayo

“Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría»

(Juan 16, 16-20)

 

 Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Nos encontramos hoy con Jesús para seguir acogiendo con el corazón las últimas palabras de Jesús en el ambiente de intimidad de la última Cena; durante el cual el Maestro preparó a los discípulos a los últimos acontecimientos de su vida terrena. Y en el evangelio de hoy comienza a desvelarles las nuevas formas de su presencia y encuentro con Él después de su muerte y su Resurrección, este es el significado de estas palabras: Dentro de poco ya no me verán. Pero esperen otro poco, y entonces podrán verme”, que en ese momento los discípulos no lograron comprender. 

Durante la vida pública, los discípulos compartieron codo a codo con Jesús las vicisitudes de la vida cotidiana.  Después de su muerte que los dejó consternados de tristeza, ellos aprendieron a ver al Maestro en su condición gloriosa, que precisamente por estar en otra dimensión de vida, se les presentaba con apariencias diferentes: el compañero de camino, el experto en pesca que los orienta en su trabajo cotidiano, el amigo que los consuela y les devuelve la paz del corazón; con esta pedagogía divina el Resucitado les enseñó a acoger su presencia en todos aquellos que los apoyan y vienen a su encuentro.

Y después de la Ascención de Jesús al cielo y la venida del Espíritu Santo, los discípulos ya no ven a Jesús, sino que cada uno lo siente vivo en su corazón, perciben su presencia en la comunidad, en las personas que encuentran,  en las dificultades de la misión y de manera especial en la Fracción del Pan: Eucaristía. . Los efectos del encuentro con el Señor eran siempre los mismos en cualquier forma de presencia: pasaban de la tristeza al gozo, y  la comunión entre ellos y con todos se hacía cada vez más fuerte.

 

Preguntémonos: ¿Cuál de estas formas de presencia de Jesús me es más familiar?¿Cómo alimento mi encuentro con el Señor? ¿Día a día? ¡Siempre estas ahí Señor!

 

Oremos: Gracias Señor por haber hecho florecer la santidad heroica en nuestro continente americano,  Ayúdanos a inspirar nuestro camino de fe en los ejemplos de de aquellos que supieron ser dóciles sin condición a las inspiraciones de tu Santo Espíritu te lo pedimos por intercesión de santa Marian de Jesús. Amén.  

 

Recordemos: “Cuando venga el Espíritu de la verdad, los encaminará hacia la verdad plena. Porque no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oiga, y les dará a conocer lo que está por venir”.

 

Actuemos: Quiero mantener  el corazón abierto a las necesidades de quienes viven a mi lado y de todos los hermanos que más sufren en este tiempo de inseguridad y crisis. 

 

Profundicemos: Preocupémonos de mantener elevado el “tono” de nuestra vida, recordando para qué objetivo, para qué gloria existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos; y a qué inmenso premio somos llamadas/os”. Papa Francisco

 

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