29 de mayo

 

¿Con qué autoridad haces esto? (Mc 11, 28)

 

A lo largo de su predicación Jesús vive grandes confrontaciones por sus enseñanzas y por la manera de enfrentar a las autoridades religiosas de su tiempo. Hoy, lo vemos de nuevo en el Templo de Jerusalén, después de expulsar a los mercaderes que habían convertido la casa de Dios en una plaza de comercio. Los ancianos, los escribas y los sumos sacerdotes, le reclaman abiertamente por la potestad de sus acciones: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?”. Jesús en lugar de darles una respuesta, los confronta con otro interrogante, que pone al descubierto el temor que tenían a la gente que reconocía a Juan Bautista como profeta: “El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”. Jesús, al ver que no saben responderle, tampoco les dice de donde proviene su autoridad. Como las autoridades religiosas de Jerusalén, tal vez nosotros en nuestra experiencia de fe solemos caer en la hipocresía o en la apariencia, viviendo una fe que se acomoda a las conveniencias que tenemos hacia los demás. Pidamos al Señor, que purifique nuestro corazón y nos ayude a vivir con mayor autenticidad aquello que creemos.

 

Reflexionemos:

¿Vivimos una fe auténtica o de conveniencia?, ¿cómo podemos esforzarnos por vivir una fe más centrada en las enseñanzas del Evangelio y no tanto, en nuestros intereses o necesidades?

 

Oremos:

Ayúdanos, Señor, a vivir una fe auténtica que tenga como centro tus enseñanzas y los valores del Reino. Limpia nuestro corazón de toda comodidad o conveniencia, que nos lleve a sobreponer otros intereses a los tuyos. Amén.

 

Recordemos:

La verdadera fe en Jesús, es aquella que tiene por centro los valores del Reino y no otros intereses.

 

Actuemos:

Pidamos perdón al Señor, en este día por las veces en que no hemos vivido con autenticidad nuestra fe o hemos antepuesto otros intereses a ella.

 

Profundicemos:

Ser personas auténticas requiere conocer de cerca los dones y las fragilidades que tenemos. Reconocer la manera de trabajarlas y sacar el mejor provecho de ellos (Libro: Personalidades tóxicas).

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