4 de Junio

«Este discípulo es el que escribió estas cosas, y su testimonio es verdadero»

(Juan 21,20-25)

 

 Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

El texto nos habla de las últimas recomendaciones que les da Jesús a sus discípulos, específicamente a Pedro, donde le dice sígueme. Una vez que se disponen a partir. Pedro se da cuenta que los viene siguiendo Juan. Y le pregunta a Jesús: Señor y este qué? .Dándole a entender qué era lo que iba a suceder con el discípulo amado. A lo que el señor responde: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, a ti qué? .Recalcando que cada quien tenía una misión y no tenía que ser la misma para todos. Al final como conclusión menciona que Jesús hizo muchas cosas más. Ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran de todas sus acciones.

Estamos por concluir el tiempo pascual, tiempo especial de gracia por el que escuchamos el testimonio de aquellos que fueron los testigos oculares de la Resurrección. Jesús llama a Pedro a su seguimiento, y con él nos llama a nosotros. Todos somos discípulos del Señor. Nuestro seguimiento es consecuencia de haberlo conocido, de amarlo y de estar totalmente comprometidos con Él y con su Evangelio. Nadie puede andar ese camino por nosotros, ni nosotros marcar el paso de los otros. El seguimiento de Jesús es único y personal. Tenemos que descubrir lo que Dios ha soñado para nosotros y pedir la gracia y la fuerza para ser fieles a la llamada del Señor pues, sólo el discípulo que ha experimentado el amor de Jesús puede dar un testimonio verdadero y eficaz de ese mismo amor de Dios.

 

Oremos: Jesús, creo en Ti. Confío en que siendo fiel a tus inspiraciones, viviendo tu mandamiento del amor, responderé al llamado de seguirte, que hoy me haces en el Evangelio. Te ofrezco esta oración para crecer, apoyándome siempre, y en todo, en tu gracia. Amén. 

 

Recordemos: Jesús le respondió “Si yo quiero, él seguirá presente hasta mi vuelta, y eso no es cosa tuya. ¡Tú sígueme! De la misma forma hoy somos invitados a adentrarnos en el corazón y la mente de Dios para amar como él nos ama. 

 

Actuemos: Ayúdame a ser coherente con mi fe, que mi único anhelo sea el crecer en el amor a Ti y a los demás. Hazme un cristiano auténtico seguidor de tu Evangelio. ¿Me comprometo a seguir a Jesús, hasta el final. Teniendo de ejemplo a Pedro y a Juan?

 

Profundicemos: Toma un versículo, frase o palabra que más te haya llamado la atención y reflexiona sobre esta invitación.

 

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