15 de Noviembre

“Hoy tengo que alojarme en tu casa”

(Lc 19, 5)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Después de curar al ciego del camino Jesús entra a Jericó y se da cuenta que desde una higuera un hombre de pequeña estatura quería verlo. Era Zaqueo, el jefe de los publicanos quien por su oficio, no gozaba de mucha estima entre sus coterráneos. Sin embargo, Jesús al verlo sobre la higuera escucha los deseos más profundos de su corazón y le pide que baje, porque quiere hospedarse en su casa. Zaqueo lleno de gran emoción hace lo que Jesús le dice, lo recibe con gran alegría pese a los comentarios negativos de los habitantes del lugar. Es tal la alegría de Zaqueo que experimenta el deseo de cambiar de vida:Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”. Al igual que con Zaqueo, Jesús también quiere hospedarse hoy en nuestra casa. Aprovechemos esta jornada para compartir con Él y dejarnos transformar por su presencia.

 

Reflexionemos: ¿Cómo queremos recibir hoy a Jesús en nuestra casa?, ¿qué enseñanza nos deja la fe de Zaqueo?

 

Oremos: Entra hoy, Señor, a nuestra vida y transformarla con tu presencia. Que como Zaqueo podamos experimentar que solo en ti, tenemos nuestra mayor riqueza. Amén. 

 

Recordemos: Jesús quiere salvarnos hoy como a Zaqueo.

 

Actuemos: Aprovechemos este día para recibir a Jesús en nuestra casa y confiarle las necesidades más profundas de nuestro corazón.

 

Profundicemos: Acoger a Jesús en nuestra casa es abrir nuestra vida a su amor y su perdón (Libro: El perdón sana y libera).

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