Al finalizar la jornada

 

  1. Dios misericordioso y bondadoso, te agradezco por el trabajo que puedo dejar de hacer en este momento. Bendice el fin de la jornada para que me libere del peso del trabajo y pueda celebrar el anochecer con mi familia, con mis amigos y también a solas conmigo. Bendice el fin de la jornada para que se convierta en verdad en una fiesta para mí. Libérame sobre cavilaciones sobre el trabajo para que pueda entregarme del todo al encuentro con mi familia, con mis amigos, a la música que oigo, al concierto al que asisto, a la película que veo. Permite que todo lo que hago en mi tiempo libre se convierta en bendición para mí y las personas con las que paso el atardecer. Amén.

 

  1. Dios misericordioso y bondadoso, ahora me voy a la cama y te pido: bendice la noche, bendice mi sueño, para que pueda recuperarme bien. Pero, también pienso en todas las personas con quienes me siento unido. Bendice también su noche. Bendice a los enfermos, bendice a aquellos que no pueden conciliar el sueño, bendice a quienes se acuestan llenos de preocupaciones y temores. Permite que esta noche se convierta para nosotros en una bendición. Bendice la noche y concédeme sueños bondadosos que me den esperanza para el próximo día, que me muestren un camino donde yo no lo veo. Bendice la noche en la que se me ha permitido ponerme en tus amadas manos. Concédeme la protección de tu mano y permíteme protegerme en tus manos bondadosas. Amén.

 

  1. Dios misericordioso y bondadoso, extiendo mis manos hacía a ti y en ellas deposito el día que pasó, todo lo que he tomado hoy con ellas, a lo que dado forma, lo que he puesto en marcha, a quien he tocado hoy y a quien me fue concedido transmitir con mis manos algo de mi amor y de mi afecto. Te ofrezco este día y todo lo que hecho con mis manos. Lo ofrezco todo para que lo bendigas, te pido: permite que todo lo que estas manos hicieron hoy se convierta en bendición. Confío en que permitas que lo imperfecto, sí, también lo errores, que estas manos hayan podido cometer hoy, se conviertan en bendición para mí mismo y los demás. Pongo todo el día bajo tu bendición, aun cuando a veces tengo la sensación de que el día se me derrite entre los dedos. Confío en que tu protección transformará todo lo derrochado y todo lo omitido en bendiciones. Amén.

 

  1. Te adoro, Dios mío, y te amo de todo corazón. Te doy gracias por haberme creado, hecho cristiano y conservado durante este día. Perdóname las faltas que he cometido y acepta el bien que haya podido hacer. Protégeme durante el sueño y líbrame de todo peligro. Tu gracia esté siempre conmigo y con todos mis seres queridos. Amén.

 

Al comenzar la jornada
Al celebrar el don de la vida
Para obtener la salud
Ante el Santísimo Sacramento
Oraciones al Sagrado Corazón de Jesús
Al Espíritu Santo
A los Santos Ángeles
A la Familia
A los Difuntos
De liberación
De abandono y de confianza
Acción de gracias.
Salmos
De los niños
Por el migrante
Del catequista
Antes de un viaje
De amistad
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