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Lectio Divina

Primer Domingo

Ambientación:

  • Recrear en familia o en comunidad un camino con piedras o arena que podamos mantener armado durante el tiempo de Cuaresma e ir alimentando cada domingo con los diferentes símbolos que acompañarán nuestro itinerario de encuentro con la Palabra.
  • Elaborar huellitas con los nombres de cada miembro de la familia o comunidad.
  • Letrero: Volver a Dios y creer en el Evangelio”. 

 

Motivación:

El tiempo de Cuaresma nos ofrece una valiosa oportunidad para encontrarnos con Dios a través de su Palabra. Por eso, la liturgia de este tiempo nos invita a abrir nuestro corazón a su escucha, pero muy especialmente a caminar junto a Jesús en el desierto para purificar nuestro corazón y acoger los llamados de conversión que necesita nuestra vida para ser personas más libres y auténticas en nuestra entrega cotidiana. La Cuaresma también nos llama a vivir y a compartir en familia o en comunidad este itinerario de encuentro con Dios y experimentar la alegría de no sentirnos solos en el camino.

Por eso, al iniciar esta Lectio Divina, pidamos la luz del Espíritu Santo, para que sea él quien nos guíe al desierto de nuestra vida y nos ayude a mirar de nuevo nuestro interior, y reconocer todo aquello que necesitamos cambiar y renovar, tanto a nivel personal, como  familiar.

Canto: Ven, Espíritu Santo.

1 ) Lectura:

Proclamamos el evangelio de este días dos veces. Una primera vez a una sola voz. Otra, a dos voces, es decir, una persona puede hacer la voz del narrador y otra, la de Jesús.

 

Del evangelio según san Marcos (Mc 1, 12-15)

Una vez bautizado Jesús, el Espíritu lo movió a ir al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y fue tentado por Satanás. Estaba con los animales salvajes y los ángeles lo servían. Después que Juan el Bautista fue entregado, se dirigió Jesús a Galilea y empezó a predicar el Evangelio de Dios. Decía: “El plazo se ha cumplido; ya llega el reinado de Dios, vuelvan a Él y crean en el Evangelio”.

 

Para identificar mejor el contenido del relato, respondemos entre todos las siguientes preguntas:

  • ¿Quién lleva a Jesús al desierto?
  • ¿Cuántos días permanece en el desierto?
  • ¿Quién tienta a Jesús?
  • ¿Quiénes le sirven?
  • ¿Cuándo inicia Jesús su predicación y en qué lugar?
  • ¿Cuál es la invitación que Jesús realiza en su predicación?
  • ¿Qué relación encontramos entre los 40 días en que Jesús permanece en el desierto con la historia del pueblo de Israel?

 

2) Meditación

 

Jesús va al desierto movido por el Espíritu Santo no tanto porque necesite purificar las intenciones de su corazón, sino para enseñarnos que nuestro camino hacia Dios necesita ser renovado a diario. La fidelidad de nuestra respuesta no es algo que se alcanza de la noche a la mañana, sino que necesita de pequeñas decisiones y esfuerzos cotidianos que nos ayuden a afianzar los valores que sustentan nuestra fe. Por eso, la Cuaresma nos ofrece un camino espiritual de 40 días, para abrir nuestra vida a Dios, revisar las verdaderas intenciones que nos mueven y reconocer aquellas actitudes personales o familiares, que necesitamos renovar o cambiar, para continuar con mayor libertad y autenticidad nuestro camino.

 

Para ir al desierto como Jesús es necesario ser dóciles a la voz del Espíritu y dejar que nos conduzca a la realidad de nuestras relaciones, problemas o desafíos actuales. Así mismo, al estado de nuestra relación con Dios, a la manera como alimentamos nuestra fe y somos dóciles o no, a sus enseñanzas. Dejemos resonar al inicio de esta Cuaresma las palabras de Jesús al inicio de su predicación en Galilea y pongamos en manos de Dios nuestro deseo de recuperar o afianzar nuestra relación con él: “Ya llega el reinado de Dios, vuelvan a Él y crean en el Evangelio”.

 

A la luz de esta corta reflexión y de los llamados que la Palabra deja en nuestro corazón preguntémonos:

 

  • ¿Cómo deseamos vivir este tiempo de Cuaresma?
  • ¿Qué actitudes personales o familiares necesitamos cambiar o incentivar?
  • ¿Qué disposiciones hay en nuestro corazón para encontrarnos a solas con Dios, reconocer nuestra realidad de pecado y vivir esta peregrinación interior de 40 días?

 

3) Oración

 

Jesús nos invita ir al desierto de nuestra existencia para renovar nuestra fe y nuestra relación con Dios: ¿Qué brota de nuestro corazón decirle en estos momentos?...Expresemos en silencio, nuestra oración espontánea a Dios.

 

Después en la huellita que tiene nuestro nombre, escribamos aquella actitud que durante este tiempo queremos vivir. Luego podemos expresarla y ponerla sobre el camino que acompañará nuestro itinerario cuaresmal.

 

Luego que cada uno pone sus huellitas sobre el camino, oramos juntos:

 

Oracion1

4) Contemplación

 

Cerremos nuestros ojos e imaginemos por un momento que estamos junto a Jesús al inicio de un largo camino. Pidámosle que nos tome de sus manos y venga a nuestro lado. Contémosle cuáles son las motivaciones que tenemos para vivir esta cuaresma y cuál es aquella actitud, que de pronto nos impide iniciar nuestro camino. Experimentemos como a pesar de nuestros temores, él nos toma de su mano y junto a nuestros seres queridos o nuestra comunidad, nos invita a recorrer juntos este camino.

 

5) Acción

 

A la luz de los llamados personales o familiares que quedan en nuestro corazón desde el encuentro con la Palabra, formulemos un propósito concreto para llevar a la vida, sea a nivel personal o familiar, esta primera semana de cuaresma.

 

 

Hna. Mariluz Arboleda Flórez, fsp.

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