Testimonio de don Carlos

La fuerza de la Palabra de Dios

 

San Pablo nos dice: “Cuando uno dice: ‘Yo soy de Pablo’, y otro: ‘Yo soy de Apolo’, ¿no están procediendo según criterios humanos? ¿Quién es, pues, Apolo? ¿Y quién es Pablo?… ¡Servidores, por medio de los cuales han creído! Cada uno trabajó según el designio del Señor. Yo planté y Apolo regó, más fue Dios quien proporcionó el crecimiento. De modo que el que planta y el que riega nada son, sino Dios, que proporciona el crecimiento” (1 Co 3, 4-7).

Mi nombre es Carlos Octavio Montero Rangel, soy un laico comprometido, Cooperador Paulino junto a mi esposa, mi hijo y su esposa, hace ya varios años. Soy gerente de una empresa radicada en Barranquilla, Colombia, nacida hace 21 años; gracias a Dios con una experiencia permanente en el Señor desde sus inicios, pero consagrada totalmente a Él desde el año 2009. Somos 19 personas en la compañía de los cuales 18 pertenecemos al Movimiento de Cursillos de Cristiandad y cuatro somos Cooperadores Paulinos.

Desde los inicios de nuestra compañía hemos tenido al Señor como el fundamento de nuestras labores, es Él quien nos ha dado las fuerzas para sostener este hermoso proyecto. Y es por esto que en nuestras facturas está siempre el rostro de Jesús; de esta manera evangelizamos a los que las reciben.

En la empresa iniciamos nuestra jornada diaria con la Lectio Divina: una hora de lunes a sábado y terminamos con un saludo de paz. Celebramos la Santa Eucaristía el último sábado de cada mes, para darle gracias a Dios por todo lo realizado; hemos tenido la visita de 50 sacerdotes quienes nos han acompañado durante todo este tiempo y también el privilegio de las celebraciones por el Sr. Obispo en tres ocasiones. Todo esto nos ha llevado a tener muchos encuentros personales y comunitarios en nuestra compañía con el Señor, replicándolos en nuestros hogares.

En estos tiempos de pandemia esta fuerza espiritual nos ha mantenido unidos a todo el personal de manera presencial y virtual.  A través de los medios de comunicación estamos viviendo el Evangelio como nos lo ha enseñado nuestro fundador el Beato Santiago Alberione.

La Palabra de Dios vivida diariamente es la fuerza que nos ha ayudado a permanecer unidos como familia empresarial en la fe y conservar nuestros trabajos. Hemos llegado a un mutuo acuerdo entre todos y recibir solo un 50% de nuestro salario; experiencia que nos ha llevado a vivir una vida austera económicamente y descubrir que necesitamos solo lo necesario.

Quiero agradecerle a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, también a María Reina de los Apóstoles por la oportunidad que me han dado de tener un hogar con principios cristianos católicos, ser un laico comprometido, empresario, Cooperador Paulino; miembro de esta hermosa Familia Paulina,  ministro extraordinario de la Comunión, proclamador de la Palabra de nuestra parroquia Nuestra Señora de Lourdes de la ciudad de Barranquilla, además de prestar otros servicios a los que el Señor me ha llamado.

Que Él nos siga acompañando en estos tiempos difíciles de la pandemia, nos cuide y nos proteja hoy, mañana y siempre.

Feliz compañía en el Señor…

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