“No enseñaba como los escribas, sino con autoridad” (Mc 1, 22)
En el evangelio de hoy, Jesús va a la sinagoga de Cafarnaún a enseñar en compañía de sus discípulos. De repente, un hombre poseído por un espíritu inmundo comienza a gritar con fuerza y a relevar la identidad de Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús, ordena al espíritu a salir de aquel hombre y este después de retorcerlo lo deja. Quienes estaban presentes en la sinagoga se llenaron de estupor, ya que nunca habían visto a alguien que enseñara con esa autoridad, capaz de expulsar los espíritus inmundos. Es interesante percibir como predomina en el relato, la autoridad de Jesús sobre la de los escribas, ya que Jesús más que enseñar contenidos doctrinales instruye con su vida y con su experiencia de Dios. Pidamos al Señor en este día, que nos ayude a ser personas con autoridad, es decir, personas auténticas que comuniquen y contagien su fe a partir de sus actitudes y su compromiso de vida hacia los demás.
Reflexionemos:
¿Somos coherentes con las enseñanzas del evangelio?, ¿cómo podemos ser personas de autoridad?
Oremos:
Danos, Señor, la capacidad de llevar una vida coherente con las enseñanzas del evangelio. Que a partir de nuestras actitudes y relacionamientos podamos contagiar la autoridad que nos viene de tu Palabra. Amén.
Recordemos:
Jesús enseña con autoridad porque habla ante todo con su vida.
Actuemos:
Aprovechemos esta jornada para preguntarnos por la autoridad que tenemos sobre nuestros hijos, amigos, compañeros de trabajo y por la forma como nos valemos de ella para comunicar las enseñanzas del evangelio.
Profundicemos:
El inicio del Tiempo Ordinario es una valiosa oportunidad para crecer en nuestro encuentro cotidiano con la Palabra y en nuestra experiencia de Dios (Libro: Evangelio Palabra de vida 2021).
